Durante su juramento al cargo, el ministro Coca conminó al nuevo Gerente de Ecobol a ser premiado o demandado por los Ponchos Rojos, cuyos representantes participaron del acto. “Si así lo hace (cumplir con el juramento), que la Patria y los Ponchos Rojos os lo premien, sino os lo demanden”, dijo la autoridad al posesionar a Vargas.
Nunca me he considerado una fanatica religiosa ni mucho menos, pero considero una total falta de respeto lo del ministro coca, y me refiero a falta de respeto con el pueblo boliviano, que no tenemos nada que ver con sus famosos ponchos rojos, una falta de respeto con nuestra creencias y un vano intento de aterrorizar a la poblacion.
Yo me pregunto que autoridad politica o moral cuenta los ponchos rojos? quien los eligio para convertirse en los jueces de las acciones del pueblo?
Con que moral van a juzgar a alguien despues de su accionar publico?
6 comentarios:
Cuchita tanto reclamabas el sarcasmo en tu otro post... Helo aquí el sarcasmo personificado jejejeje
Un abrazo
Fuzzy: Creo que finanlmente llegamos a ser un pais sin dios ni ley.
querida cuchita, muy de acuerdo con vos, una total verguenza, la verdad no tenia idea, ando fuera de foco (mejor parece!)
no puedo siquiera confiar en un Gobierno que avale a situaciones como esta, si tan equivocado no estoy.
un abrazo
Curucusi: Terrible no? es en situaciones como esta no aparecen a comentar los que constantemente apoyan al gobierno, no dicen ni pio.
Ponchos rojos almas negras
Los ponchos rojos es una agrupación de indígenas aymaras, quienes están armados y dispuestos a matar o morir, radican en la ciudad de La Paz, supuestamente defienden al pueblo pero en realidad son terroristas del presidente.
Enfurecidos de ser discriminados por las clases sociales que están muy por encima de ellos, airados de vivir una vida de servidumbre, frustrados de que el gobierno los ignore, actuaron de una manera salvaje en pleno siglo 21, pero que más se podía esperar de un país subdesarrollado.
Se podia observar la ira en sus ojos, la sed de venganza que corría por sus venas. Apalearon a dos inocentes perros en forma de protesta, no contento con esto los degollaron estando aun vivos demostrando su poderio, y con palabras alocadas dijeron: ahora son estos perros pero mañana seran ustedes “ refiriéndose a los bolivianos en especial a los cambas” si alguien interfiere este cambio. Comprendo de que los ponchos rojos estén molestos con las clases sociales, por que ellos nunca tendrán la comodidad y los lujos que muchos de nosotros tenemos, entiendo que estén molestos con el gobierno que no se ase respetar con nadie, pero que culpa tienen esos dos perros que su único error fue cruzarse entre tanta gente ignorante.
Para el colmo tienen la osadía de caminar orgullosos por las calles y el presidente todavía les aplaude. Los ponchos rojos son gente floja y no les gusta trabajar menos razonar, actúan sin pensar, y por eso son pobres, están esperando que el gobierno les regale dinero, así como el bono Juan cito Pinto, y el bono dignidad, no estoy en contra de eso pero por que nos damos el lujo de regalar dinero siendo un país tan necesitado.
Los ponchos rojos incitan a las clases sociales a una guerra civil, sin pensar que ellos mismos saldrán perdiendo, ellos están sembrando odio, división, racismo, y serán sus propios hijos quienes pagaran las consecuencias. No les gusta trabajar pero si hacer marchas, huelgas, reuniones, cabildos, degollar perros y tener media docena de hijos.
Los ponchos rojos son pobres por que asi Dios lo quiso, lo que me consuela es que esos dos perritos estan descansando en paz, y muy pronto la justicia divina caerá sobre ellos, no quisiera hablar del infierno pero que mas puede esperarles
Bolivia necesita un golpe de estado, un gobernador de sangre fría y calculador, que tenga a los militares de su parte y no a un chapulin como el que tenemos ahora, correrá mucha sangre pero solo así saldremos de la pobreza. No soy racista, amo a Bolivia, y no quiero mas guerras, pero estoy indignado, y no entra en mi cabeza lo que esos individuos hicieron.
Randy: Amen.
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